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PRD, in articulo mortis

(COLUMNA EN NOVEDADES).Tal vez no tengan plena conciencia de ello, estén viviendo en el pasado o hayan decidido dedicarse en lo venidero a la venta de seguros, pero los perredistas de Quintana Roo, que para las elecciones del 2 de junio entrante debieron dejar atrás orgullos y posturas engreídas y, en vez de mimos y arrumacos, buscar lo que el predominante PAN junto al expartidazo y hoy apenas poco más que una peña de nostálgicos, el PRI, pudieran ofrecerles para colgarse en una elección en la que, amén de prácticamente todas los posiciones en juego —tanto locales como de dimensión federal—, el Morena y sus adláteres tienen ganadas con la facilidad y displicencia como de quien se alista para un día en la playa.

No queremos decir que el orgullo y los principios debieran ser depuestos del todo, que la dignidad no cuente, pero hay de dignidades a dignidades: la del virtual triunfador, que impone condiciones sin la menor necesidad de negociar, como no sea por consideración, y la del derrotado, que como en alguna obra del teatro existencialista de Jean-Paul Sartre, Albert Camus o Jean Anouilh, los personajes solo tienen dos opciones, una de las cuales es la muerte.

En verdad, por cortesía —sobre todo con el lector— buscamos afanosamente los términos para no expresar la realidad del otrora poderoso Sol Azteca, pero casi no los hay: los términos crudos, pero realistas, serían sometimiento, abandono y hasta humillación, aunque tal consideración debiera estar fundada en una conducta noble, valiente y entregada en la derrota, pero no es el caso: han dominado la soberbia, el egoísmo, la envidia y la mezquindad en el ruta del PRD hacia el borde del abismo, así que no está el horno como para los bollos de la solidaridad; vamos: ni siquiera para la conmiseración

Así es: estamos a las puertas de un suceso que hace apenas un par de lustros no parecía imaginable, por más que entonces hubiera pitonisos que eran acusados de ser agoreros malhadados, pero que resultaron en cambio profetas, videntes de la catástrofe: a pulso, decisión cupular tras decisión cupular, arbitrariedad tras arbitrariedad y traición tras traición —práctica que a veces consideramos connatural a los partidos, pero que el de la Revolución Democrática perfeccionó con admirable maestría, al grado de que debiese tramitar la patente ante IMPI—.

Aquellos que hasta mediados de la década anterior sustentaban, tanto a nivel ideológico como en acción política, a un instituto político que hoy se parece más a una Camorra, a una Cosa Nostra caribeña, están banqueados o de plano murieron —salta a la memoria nuestro incansable, inteligente y preparado amigo Hugo González Reyes, por hablar de una de las bajas más recientes—, y quienes tomaron los bártulos, que eran chalanes bisoños paupérrimos en experiencia pero muy acaudalados en ambiciones y mañas— tienen al partido que aglutinó a todas las izquierdas mexicanas luego de la gran experiencia del Frente Democrático Nacional, cuando le escamotearon la presidencia a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano a punto de perder el registro en Quintana Roo sin que a nadie, ni siquiera a los perredsitas les importe lo que vale un comino.

La “dirigencia” actual “funciona”, más que como tal, como una especie de actuaria contratada para liquidar a la entidad con la misión de repartir los famélicos girones de carne solaztequista que quedan entre los buitres, que ni siquiera parecen tan interesados en dichos despojos.

Lo que quedaba era la “sartreaniña”: coaligarse con la ciertamente odiada oposición de centro y derecha o morir. Ahora los liquidadores dirán que actuaron — o dejaron de actuar— motivados por el honor, la decencia y la dignidad, pero no se les olvide que son personajes públicos, y aunque sea de mínimo interés lo que hagan o dejen de hacer en el futuro, a la medida de su valía política, no estará de más estar pendientes de lo que hagan en adelante, pues si se dedican a ofrecer paseos en lancha —el que teclea no se subiría a una embarcación guiada por un líder perredista, ni a punta de pistola— será por que, dirían los mayas, son puros x´_ma oficio.

No. En efecto no se requiere ser augur, revolver las vísceras de una res ni arrojar guijarros para ver ese futuro, que seguramente es un presente de continuidad, muy al estilo de la política partidista mexicana. Si usted ve a los líderes perredistas cambiar la seda amarilla por el percal guinda durante y después de este proceso electoral no es precisamente porque apoyen a los Burros Blancos del Poli, sino porque, honrosas excepciones hechas, la inmensa mayoría de los militantes de la izquierda mexicana nacen más errabundos que el Holandés Volador, guiados por los infernales genios de la ambición y no porque les guste mucho la ópera.

HELADA MADRINA

Si del trío opositor a la gobernante alianza abanderada por el Morena, que normalmente incluye al veleidoso Verde Ecologista de México y al meramente testimonial PT —también en descomposición y sin políticos reales y participativos, excepción hecha del diputado Hugo Alday Nieto y alguno que otro despistado(a)—, el PAN es el más competitivo, el PRI, a cuyo líder estatal Pedro Flota Alcocer nadie le enseña cómo se hace el agua tibia —o el café con leche, ad maiorem Dei gloriam para este espacio editorial— y no deja los brazos caídos dada la minúscula presencia actual del expartidazo, está decidido a trabajar en este proceso electoral como si tuviese todas las de ganar.

Tal es la diferencia del viejo lobo de mar chetumaleño con los liderazgos bisoños, que como niños berrinchudos solo quieren jugar si son los del cumpleaños-A chambear, pues de lo perdido lo que aparezca… a pesar de que persiste en vivir en el grave pecado de ser americanista, el pasado de predominio total del partido que encabeza no le impide tomar con toda seriedad la misión de reconstruir a esa fuerza política socialdemócrata para volver a habitar ese espacio hoy borrado del espectro político del país y el estado, que fue el signo del poder en México durante siete décadas del siglo pasado.

¿Qué hay aquí? No mucho, pero pues van con todo, como si la meta fuese una luminosa Arcadia y no solo el páramo de la supervivencia. Al liderazgo dentro del PRI no le gusta que se hable del fantasma de la pérdida del registro —como se considera un tema ineludible para el PRD, como decíamos supra—, así que los trabajos están en marcha.

El partido tricolor ha confirmado sin ambages su alianza pragmática con la derecha panista, y en vez de lamentarse y de buscar recoger despojos de la debacle finisecular con propósitos de índole personal ha logrado postulaciones más que razonables dentro de la coalición.

En Quintana Roo, en el reparto de las candidaturas y ya sin la mosca amarilla zumbando sus jaculatorias, de 11 se establecieron seis candidaturas a ayuntamientos para el PAN y cinco para el PRI, que atienden sin duda a su presencia y fuerza históricas: Benito Juárez, Cozumel, Bacalar, Felipe Carrillo Puerto y Puerto Morelos.

En cuanto a las diputaciones de mayoría relativa la alianza será parcial, ya que los institutos políticos irán separados en el distrito 5, dividiéndose el resto en cinco cada uno.

Pedro Flota nos comentó que percibe tres fortalezas: los distritos 9 y 10, ambos en Playa del Carmen, y el 12, que corresponde a Tulum, sin descartar alguno de Cancún ni minimizar los esfuerzos que la militancia pudiese realizar en los demás.

Como es sabido, la lista para los 10 escaños plurinominales disponibles en Punta Estrella la elaborará el Comité Ejecutivo Nacional con base en la propuesta del CDE, pero, a pregunta expresa, el presidente en Quintana Roo reiteró lo ya dicho: no va a aprovechar su posición para asegurarse un lugar en esa nómina que acaso —el cínico realismo es nuestro, no de Flota— sea la única vía para obtener una curul.

Realista, pero blandiendo la Tizona, suponemos a Pedro Flota un dirigente muy apto en las buenas, pero lo vemos tan presto a dar la cara en las malas que tal vez signifique eso de lo que carece el PRD y salve al PRI de la ignominia total, sin zanahoria alguna frente a la cabeza.

 

GRILLOGRAMA

Amnesia…

 

—Y perredé, ¿no te suena

—Sí: como algo del pasado

Pues soñando solo he estado

En la palabra Morena

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