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Conectarán A Los Chunes Con El Turismo

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador, como comentábamos ayer, está ocupado en mantener los apoyos sociales que dispuso desde su inicio como forma de garantizar la continuidad de la Cuarta Transformación, pues sus obras emblemáticas como el Aeropuerto Felipe Ángeles, la Refinería Olmeca de Dos Bocas, el Ferrocarril Transístmico y sobre todo el Tren Maya, en términos de empleo temporal y de cara a las elecciones federales del 7 de julio de 2024, ya dieron lo que tenían que dar, y lo más que el gobierno actual puede puede hacer es luchar por que las reservas alcancen para mantener la popularidad de Andrés Manuel López Obrador hasta que llegue la madre de todas las batallas y entonces todo habrá terminado.

Seguidora puntual de los principios y políticas del presidente, la gobernadora de Quintana Roo Mara Lezama Espinosa, en cambio, no ha cumplido un año de su sexenio y tiene todo por delante, por lo que su ardua labor consiste en tocar puertas una y otra vez para que los fondos de la nación le permitan sostener el Nuevo Acuerdo para el Bienestar y Desarrollo de Quintana Roo con el que pretende lograr una verdadera y profunda transformación del estado.

Hemos dado cuenta de las muchas obras de infraestructura enfocadas directamente a la principal actividad económica de la entidad, que son primordiales, pero de lo que se trata también es de articular a las regiones y comunidades que no han sido favorecidas por el impresionante desarrollo turístico de los destinos del norte del estado, ya que el propósito de lo que el presidente llama humanismo mexicano es que se superen las brechas, los rezagos y la desigualdad, por lo que Mara tiene prácticamente todo el quehacer por delante.

El miércoles pasado la gobernadora se reunió en la Ciudad de México con el secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Daniel Antonio Fajardo Ortiz, para tratar temas relacionados con las obras y acciones que se suman a la inversión histórica dispuesta por el presidente de México en el Tren Maya, y que permitirán disminuir las desigualdades, la marginación y la pobreza.

El comunicado referente al encuentro entre ambos órdenes de gobierno refirió que “Mara Lezama mantiene intensa gestión ante el Gobierno de México para avanzar en la transformación profunda de Quintana Roo a través del impulso de obra pública, así como el ordenamiento y la movilidad para hacer justicia social a las y los quintanarroenses”.

Acaso debido a las características de Quintana Roo, pero la gestión del gobierno estatal tiene dos frentes fundamentales: las obras como el puente sobre la laguna Nichupté, la modernización del Bulevar Kukulcán, la construcción del aeropuerto de Tulum en tierras del municipio indígena de Felipe Carrillo Puerto —la tributación irá para el Corazón de la Zona Maya— y otras más tienen el propósito de empatar la infraestructura de la entidad con el crecimiento de su industria turística, la más dinámica del país y una de las más importantes de Latinoamérica, pues es la principal generadora de divisas para el país luego del envío de remesas de los trabajadores mexicanos en el norte del continente y la alicaída industria de los hidrocarburos, pero también incorporar a regiones rezagadas del centro y sur a dicho desarrollo, a través de la atención potenciada de sus necesidades.

En la reunión —se informó— fue detallado el fondeo de la inversión del programa de Mejoramiento Integral de Barrios, que tendrá una inversión de 71 millones de pesos para la construcción de calles y espacios públicos en ocho comunidades de Felipe Carrillo Puerto hasta ahora acreedoras, sin mayores resultados, de la atención de la federación y el estado: Cumpón, Chun On, Chun Yam, Yokdzonot Chico, San Antonio Norte, Cecilio Chi, Chunyaxché y Kankabzonot, que pertenecen a la zona de “los chunes”, acaso la más pobre del estado, pues incluso sus condiciones orográficas de suelos pedregosos y pobres ni siquiera son aptos para la agricultura de subsistencia.

El compromiso que Mara consiguió de la Sedatu constará de recursos federales, lo que implica un valor triple, ya que no es lo mismo contar con el dinero, aunque se invierta bien, que ira tocar puertas, conseguir los fondos y beneficiar con ello a las familias más desposeídas de un estado que busca dejar atrás las lacerantes asimetrías.

¿Y en qué se podría conectar esta preocupación por las zonas hasta ahora excluidas de la pujanza de la industria turística? Lezama también planteó la creación del Centro Artesanal Turístico de Servicios de la Zona Arqueológica de Tulum, para que los trabajadores manuales que elaboran accesorios de piel, piezas de madera, pirograbados y los que se dedican al urdido de hamacas, verbigracia, puedan ofertar sus piezas aprovechando el importante flujo de turismo nacional e internacional que capta ese importante sitio de interés de la antigua cultura maya.

Tiene mucho sentido, pero que ahora los pobladores sean atendidos en sus necesidades de desarrollo es algo ya de suyo novedoso.

LA DICHA INICUA…

Algunos críticos de las obras de infraestructura del gobierno de Mara Lezama —a quienes respeto— reprochan que estas no se hacen por amor al estado y los municipios, sino por fines que tienen que ver con las obras del Gobierno de la República o que de plano los recursos con los que se llevan a cabo son de origen federal, estableciendo la intención de promover al presidente López y su Cuarta Transformación.

¿Pues qué no se trataba de eso? Más allá de hacerla de psicólogos, debemos de reconocer sin mayores remilgos los resultados favorables a la población, sin importar si estos tienen o no el preterintencional efecto de abonar méritos a la administración actual, y si estos están relacionados o no con las elecciones del 7 de julio de 2024.

No es necesario recurrir a una terapia psiquiátrica para escudriñar en las filias de las y los gobernantes estatales y locales: si las obras tienen un efecto benéfico para la gente, poco o nada importan los propósitos subliminales que tuvieren, como apoyar a la Cuarta Transformación, en dado caso.

Si los mexicanos de cualquier parte de nuestro país vemos y de cualquier preferencia política nos beneficiamos con las obras y servicios públicos, debiéramos aplicar el dicho referente a la beneficencia que prescribe hacer el bien sin mirar a quienes, solo que al revés: si el gobierno mejora la atención de tus necesidades de todo orden, que no te importe de donde provienen tales beneficios, máxime porque en alguna proporción, por mínima que sea, se trata del retorno tangible del capital que generamos todos los mexicanos con el pago de nuestros impuestos, tanto locales como federales y estatales. En gobernanza, las mezclas son no solo necesarias, sino sanas y útiles sin que nos deba preocupar si los gobernantes sean maquiavélicos o franciscanos. Eso que quede entre ellos y sus terapistas; no hay problema.

GRILLOGRAMA

La cosa es fácil…

Darte este consejo puedo:

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Anda, ve ve y recibe el bien

Y ya no la hagas de p…

columnacafenegro@gmail.com

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